Pensábamos que el punto fuerte de nuestro viaje a Uzbekistán por libre iba a ser Samarcanda. Era la única ciudad de Uzbekistán de la que habíamos oído hablar con anterioridad y la que más imágenes exóticas nos evocaba. ¡Qué equivocados estábamos! Nuestro viaje fue “in crescendo” desde el minuto uno. Y es que tanto Bukhara como Khiva, son una auténtica maravilla. Más pequeñitas pero tanto o más impresionantes que Samarcanda. En este post os vamos a contar lo indispensable para preparar vuestra visita por libre a Bukhara.
¿Cuántos días se necesitan para visitar Bukhara?
Bukhara posee un centro histórico bastante recogido. De hecho, toda la ciudad antigua está amurallada y los principales puntos de interés se encuentran en su interior. Aun así, también merece la pena dar una vuelta “extra-muros” y así hacer una visita mucho más completa. Para ir con calma, detenerse a contemplar el paisaje y hacer un millón de fotos, nosotros recomendamos unos dos días de visita.

¿Cómo llegar a Bukhara?
Si llegamos desde Samarcanda la mejor opción es el tren de alta velocidad. En una hora y media cubre la distancia que separa ambas ciudades. Hay también trenes nocturnos y trenes regulares que evidentemente harán más paradas y tardarán más en llegar al destino. Si os cuadra por horarios, no dudéis en coger el tren de alta velocidad, es cómodo, rápido y muy puntual. Y no es por presumir, pero se trata de trenes de alta velocidad procedentes de España 🙂

Si llegamos desde Khiva o desde otro punto “lejano” del país, lo ideal es el avión. Bukhara tiene un aeropuerto internacional que comunica con las principales ciudades del país. La compañía que opera todos los vuelos internos es Uzbekistan Airlines. Nuestra experiencia con ellos es muy buena; son puntuales y los aviones muy modernos. Eso sí, hay pocos vuelos al día e incluso puede darse que haya días en los que no se opere la ruta deseada, con lo que hay que planificar el viaje acordemente. La línea ferroviaria de alta velocidad entre Bukhara y Khiva está en construcción actualmente (2019). Echadle un ojo a la página nacional de ferrocarriles uzbekos http://railway.uz/en/ antes de vuestro viaje para enteraros bien de cuál es el estado. Otra opción es el tren “normal”, nocturno o no, donde los trayectos suelen durar unas 6 horas. Si por lo que sea ni el avión ni el tren os cuadra, se puede optar por un coche privado con conductor, que además podréis compartir con otros viajeros para abaratar costes. No os olvidéis de regatear hasta conseguir un precio óptimo.

Entre la estación o el aeropuerto y la ciudad no hay transporte público, al menos que nosotros sepamos y hayamos visto. Así que el taxi es vuestra única opción, ya que están bastante alejados del centro. Para que os hagáis una idea:
- La estación de tren está aquí y el precio estimado para dos personas es de unos 80 UZB
- El aeropuerto está aquí y el precio estimado para dos personas es de unos 60 UZB
También podéis contratar el traslado con vuestro alojamiento. Casi todos los hoteles de Uzbekistán ofrecen este servicio, aunque no siempre es más económico que un taxi.

¿Qué ver y hacer en Bukhara en dos días?
Tras una hora y media de paisaje desértico, nuestro tren de alta velocidad nos dejaba en la estación de Bukhara a eso de las 11.30 de la mañana. Tras unos breves momentos de duda y regateo con los taxistas que te reclaman al salir de la estación, ponemos rumbo a nuestro alojamiento, el Hotel Old Bukhara. Lo mejor de este hotel es que está situado a 100 metros del atractivo turístico más impresionante de la ciudad, la plaza del Po-i-Kalon. Así que dejamos nuestras maletas y nos lanzamos a conocer la ciudad.
Es importante mencionar que Bukhara es exactamente el punto intermedio de la Ruta de la Seda y evoca, mucho mejor que Samarcanda a aquellas ciudades amuralladas donde llegaban las grandes caravanas cargadas de seda, joyas o especias, procedentes de todos los rincones del mundo. Es también más cercano a lo que nos imaginábamos de Uzbekistán antes de llegar; imponentes ruinas, llamativos bazares y un aspecto más auténtico e integrado con el desierto. De hecho, nos parece del todo posible sobrevolar los minaretes y las cúpulas turquesas desde una alfombra mágica, de esas que venden en los bazares.

Entrando en materia, vamos a dividir la visita en cuatro partes:
- Recinto del Po-i-Kalon
- Bazares y ciudad amurallada
- Parques y monumentos fuera de las murallas
- Alrededores de Bukhara
Recinto del Po-i-Kalon
El conjunto del Po-i-Kalon está formado por un minarete, una madraza y una mezquita.

El minarete Kalon (o también Kalian) es de forma circular de 9 metros de diámetro en su base y 6 en su cúspide. Con sus 47 metros de altura, fue en su día el más alto de Asía. Lo más increíble es que permanece levantado desde el S.XII y ha soportado todo tipo de invasiones, incluida la del terrorífico Gengis Kahn. Un colchón de juncos en su base ha servido para resistir durante siglos a los terremotos. Se el conoce como “Torre de la Muerte” ya que sirvió como instrumento de ejecución de los condenados a muerte, que eran lanzados desde sus casi 50 metros.
La madraza Mir-i-Arab, cuyo significado es “príncipe de los árabes”, tampoco se queda atrás con sus dos enormes cúpulas azules que se elevan como un oasis que desafía el caluroso desierto de Kyzil Kum. Parece ser que todavía sigue sirviendo como escuela y residencia de enseñanza islámica y por ello, no está permitida la visita.
La mezquita Kalon o Mezquita del Viernes, una de las mezquitas más impresionantes de toda la región. Data de tiempos de los persas samánidas en el 795, pero tras ser destruida por Genghis Khan, se reconstruyó y se terminó en 1514. Su entramado de columnas y sus bonitos pórticos permiten recrearse haciendo mil y una fotos. La entrada a esta mezquita ronda los 10K UZB.


Bazares y ciudad amurallada
Se dice que antes de la llegada de los rusos, Bukhara albergaba el mayor bazar de Asia Central y acogía a más de 30.000 estudiantes. Los bazares fueron cerrados por los rusos, aunque hoy renacen gracias al turismo. Supuestamente hay tres bazares diferenciados, pero lo mejor es pasear sin rumbo y perderse entre los diferentes puestos que están tanto en las calles como en los recintos cubiertos. Si os fijáis bien podréis distinguir:


- El bazar de los joyeros o Taqi Zargaron, donde durante el apogeo de la Ruta de la Seda se concentraba el negocio de las joyas, piedras preciosas, oro y plata. Se dice que de aquí salieron algunos de los grandes tesoros de monarcas y princesas
- El bazar de los tejedores de alfombras o Taqi Telpak Furushon
- El bazar de los cambiadores de dinero o y Taqi Sarrafon (el único que ha perdido por completo su esencia, evidentemente). Por esta zona, es muy común ver antiguos caravasares transformados en centros de artesanía. Algunos famosos son; Abdulloxon, Nogay o Sayfiddin.
Dentro de la ciudad amurallada encontramos una de nuestras zonas favoritas de Bukhara, la plaza Kiabi-Khauz (que significa “alrededor del estanque”, como su localización sugiere). Es el lugar más concurrido y animado de la ciudad y además está rodeado de un conjunto monumental impresionante, con dos madrazas y una khanaka. Al anochecer, tanto locales como turistas se reúnen en los diferentes restaurantes y bares que rodean el estanque. Hay música en directo, gente bailando y un olor constante a kebab de carne que hace que te rujan las tripas. Es también muy buen sitio para alojarse en Bukhara, con multitud de hoteles ya establecidos y otros, con muy buena pinta, en construcción.


Algo más retirado del centro y a unos diez minutos a pie de la plaza Kiabi-Khauz nos encontramos con el curioso Chor Minor. “Chor Minor” significa “cuatro minaretes” y creo que os podéis imaginar porqué. Se encuentra en un barrio residencial y humilde que nos presenta una imagen bastante clara de la vida diaria de los uzbekos. No es muy grande, así que si tenéis problemas para encontrarlo, no dudéis en preguntar, todo el mundo estará encantado de ayudaros y lo mejor, con una súper sonrisa. En el interior hay una tienda de souvenirs (para variar) y una amable señora que por unos 10K UZB os dejará subir a las torres. Las vistas no son nada del otro mundo, pero se pueden hacer fotos muy bonitas con los cuatro minaretes muy cerca.

Parques y monumentos fuera de las murallas
Dejando atrás la plaza de Po-i-Kalon y caminando hacia las murallas nos encontramos con la ciudadela o El Arq, la residencia de los emires de Bukhara hasta la invasión rusa. Pese a que desde fuera resulta muy fotogénico, con una impresionante puerta, la visita en el interior en nuestra opinión, deja mucho que desear.

Una de las adiciones más interesantes y recientes de la ciudad es la plataforma de observación Shukhov o Torre Bukhara, justo enfrente de El Arq. Se trata de una antigua torre de agua reformada con un restaurante en la base y unas bonitas vistas a la ciudad desde su parte más alta. La entrada cuesta 40K UZB y por la noche la iluminación es impresionante.

De camino, hacia el oeste, nos encontramos con el complejo de Khodja Zaynuddin, que se encuentra sobre una de las lagunas más antiguas de la ciudad. Lo preside una gran mezquita, cuyo pórtico se sostiene sobre unas fotogénicas columnas de madera.

Abandonamos el cobijo de la ciudadela y nos dirigimos al parque Samani, que en primavera y verano aloja una feria muy muy rusa con atracciones curiosas y un poco decadentes. Antes de entrar al parque nos encontramos con dos madrazas enfrentadas construidas por Abdullah Khan:
- La madraza de Madari Khan
- La madraza de Abdulla Khan
Una vez dentro del parque Samani, una avenida rodeada de árboles conduce al mausoleo de Ismail Samani, conquistador de Bukhará en el 874 y cuyos restos descansan en una pequeña construcción rectangular, con una cúpula esférica y otras cuatro flanqueando la principal, todo ello rodeado de pequeños arcos y relieves de ladrillo propios de la arquitectura musulmana del S.X. La de decoración interior tiene elementos sasánidas y zoroástricos. Siguiendo el camino por el parque hay otro mausoleo de menor importancia, Chasma Ayub. Volviendo sobre nuestros pasos se encuentra una bonita mezquita, recién reformada, Bobo-Hauz, que además se puede visitar por dentro.

Alrededores de Bukhara
La mejor forma de visitar los alrededores de Bukhara es contratando los servicios de un taxi. Podéis negociar la tarifa para que os espere en cada punto de interés o podéis ir contratando los taxis uno por uno. Los puntos más interesantes son:
- El mausoleo de Bakhaouddin Naqshbandi, a 13 km del casco histórico, llamado así en honor a uno de los sufíes más importantes de la historia. Dentro se encuentra el árbol de los deseos, que los locales veneran como fuente de buena fortuna. Es un sitio súper espiritual y muy religioso. No suele haber muchos turistas, por lo que se respira una atmósfera muy especial.


El sufismo es una rama del islam encaminada a la purificación del alma, a la metafísica y a la interpretación interior. |
- Sitorai Mohi Hosa o palacio de verano del emir, a 6 km de Bujará, convertida en museo donde dar un paseo rodeado de pavos reales. Es una curiosa combinación de arquitectura rusa de finales del siglo XIX y decoración árabe.
- La necrópolis Chor Bakr, un complejo formado por una madraza, una mezquita y una khanaka alrededor de un estanco, donde descansa la tumba de Khoja Abu Bakr, que fue uno de los cuatro Abu-Bakrs (Chor-Bakr) descendientes del profeta Mahoma.


¿Dónde comer en Bukhara?
Os daréis cuenta de que Bukhara es incluso más turística que Samarcanda. Esto es así porque el centro histórico está mucho más concentrado y porque el porcentaje de locales con respecto a turistas es más reducido. Los restaurantes son también más turísticos, pero siempre con productos de calidad y económicos. Nosotros os recomendamos 3:
- Chasmai-Mirob Restaurant. El servicio no es el mejor, les suelen faltar la mitad de los platos de la carta pero… ¡las vistas a la plaza del Po-i-Kalon son increíbles! De verdad, para pasarse horas y horas simplemente relajándose y disfrutando del momento.
- Lyabi House Hotel. Este restaurante situado en el interior del hotel, a parte de ser precioso, tiene una carta original que combina producto local con platos internacionales. Una delicia.
- National House “Rustam”. Bueno, bonito y barato. Materia prima de calidad y trato súper amable. Además, está en una de las zonas más animadas de la ciudad, la plaza Kiabi-Khauz

Si os ha entrado el gusanillo de visitar Asia Central y Uzbekistán en particular pero no os apetece planificar la ruta o aún no os sentís seguros de cómo hacerlo, podemos ayudaros con nuestras guías 100% personalizadas