Día 4: Cráter de Darvaza, la puerta del infierno

Día 4: Cráter de Darvaza, la puerta del infierno

El reclamo turístico por excelencia de Turkmenistán. La razón por la que muchos viajeros se lanzan a la aventura de descubrir este inusual país. El famoso cráter de Darvaza.

Pero, ¿qué es exactamente este pozo en llamas en medio del desierto de Karakum? Seguid leyendo porque en este post os contaremos toooodos los detalles.

Última mañana en Ashgabat

Antes de partir hacia las inmensidades del desierto, disfrutamos de una última mañana en Ashgabat. Aprovechamos para visitar el Bazar Ruso y comprar unos cuanto souvenirs. Nos cuesta muchísimo hacerlo ya que la oferta es extremadamente limitada. Pasamos el resto de la mañana relajándonos en la piscina del Gran Turkmen Hotel.

¡Y llegó la hora! Cargamos nuestras maletas en el todoterreno (las carreteras en el desierto dejan mucho que desear) y, con muchos nervios, emprendemos el camino hacia el desierto del Karakum. El cráter de Darvaza nos espera.

¡Por fin vamos a cumplir el sueño viajero de conocer uno de los sitios más misteriosos de la Tierra!

El inhóspito desierto de Karakum

Dejamos los majestuosos edficios de mármol blanco de Ashgabat a nuestras espaldas y nos adentramos en un paraje inhóspito. Arena y más arena a nuestro alrededor. Tan solo encontramos algún oasis que recoge el agua de las escasas lluvias de la zona.

Camino al cráter de Darvaza: desierto y oasis del Karakum

Varios camellos se cruzan en nuestro camino. Y es que el desierto del Karakum, con sus más de 350.000 km2, es uno de los más extensos y más deshabitados del planeta. 

Es hora de conocer cómo viven los turkmenos en el desierto, así que paramos en la pequeña población de Erbent. Es muy contradictorio pensar que en Ashgabat se despilfarra el dinero en innecesarios edificios de mármol mientras que esta parte de la población malvive en yurtas cubiertas de arena con una infraestructura muy limitada. Aprendemos un poco más de la vida nómada de algunos pastores, dos mujeres nos enseñan a hacer pan turkmeno y saludamos a un grupo de niños, muy bien uniformados, que salen de la escuela. 

Camino al cráter de Darvaza: pueblo en el desierto
Camino al cráter de Darvaza: pueblo en el desierto
Camino al cráter de Darvaza: pueblo en el desierto

Antes de llegar al cráter de Darvaza, como aperitivo, veremos otro cráter repleto de agua. En su formación, se tragó a todas las personas y a los equipos que trabajaban en una extracción de gas a su alrededor.

Camino al cráter de Darvaza: otro cráter más

Y es que, aunque no es por todos conocido, Turkmenistán es el cuarto exportador mundial de gas natural. Todo ello para una población que no supera los 5 millones de habitantes. Imaginad la cantidad de prospecciones de gas que se han debido de llevar a cabo en este desierto. Y como vamos a ver a continuación, no todas con éxito. 

El cráter de Darvaza, un inmenso agujero ardiendo desde hace 50 años

Nada nos podía preparar para lo que estábamos a punto de ver. Entre dunas y colinas de arena, varias yurtas diseminadas en una enorme planicie rodean un agujero de proporciones descabelladas. Hemos llegado, estamos en el cráter de Darvaza, ese pozo ardiendo que los locales llaman “Puerta del Infierno”. Pero, ¿cómo demonios se ha formado algo así?

Cráter de Darvaza: perspectiva desde lo alto
Cráter de Darvaza: perspectiva desde lo alto

Este inmenso cráter no es obra de la naturaleza, sino de una fallida prospección minera soviética que comenzó a perforar la zona en busca de yacimientos de gas natural en la década de los 70. Sin previo aviso, la tierra se vendría abajo, tragándose todo el material allí dispuesto. Afortunadamente este accidente no se cobró ninguna vida.

Como consecuencia, se formó un inmenso cráter de 60 metros de diámetro y 20 metros de profundidad, que emanaba gases provenientes de su interior. En realidad la prospección era acertada, el único inconveniente es que no se había considerado la inestabilidad del terreno.

Cráter de Darvaza: perspectiva desde abajo

¿Y cómo decidieron deshacerse de este peligroso lugar en el que gases tóxicos emanan de la tierra sin control? Fácil, ¿no? El equipo de geólogos pensó en prenderle fuego y esperar unas semanas hasta que los gases extinguieran por completo. El resultado; lleva ardiendo casi 50 años, emanando llamas y un calor que, de cerca, solo es soportable durante unos pocos segundos.

¿Y cuándo dejará de arder? Pues nadie lo sabe, podría ser mañana o dentro de otros 50 años. Todo depende del tamaño de la reserva de gas. Es todo un misterio.

Por miedo a que el fuego se extendiera a otros yacimientos, se pensó en taparlo, pero la operación era demasiado complicada. Así que, se decidió habilitarlo para el turismo. Hay varias zonas de camping a su alrededor, algunas más lujosas que otras. Nuestro tour incluye un alojamiento en tienda de campaña, pero el día aún nos depara un par de sorpresas… 

Cráter de Darvaza: llamaradas

Es momento de acercarse al cráter de Darvaza, sentir el calor de las llamas y observar los restos de equipos de excavación que arden infinitamente en el fondo. Sopla un viento fuerte, lo que hace que cerca del cráter casi no se pueda respirar. Es impresionante, indescriptible, hipnotizante. Una colina cercana nos permite hacer unas cuantas fotos desde lo alto mientras el sol va cayendo poco a poco.

Cráter de Darvaza: perspectiva desde lo alto
Cráter de Darvaza: perspectiva desde lo alto

Noche en el desierto

Es hora de cenar, nuestro guía Serdar nos prepara una deliciosa barbacoa con pollo y cordero asado, verduras y ensalada. Pero según se hace de noche, ya estamos ansiosos por volver a la zona del cráter y alucinar con la imagen nocturna de las llamas.

Volvemos a subir a la colina para alucinar con el pozo de fuego que tenemos ante nuestros ojos. Y al descender, en completa oscuridad, solo la luz anaranjada del cráter nos ayuda a orientarnos. Perdemos un poco la noción del tiempo, haciendo fotos, vídeos… y es que esto va a ser difícil de explicar cuando lleguemos a casa.

Cráter de Darvaza: perspectiva desde lo alto de noche
Cráter de Darvaza: perspectiva de noche

Nuestro guía Serdar se acerca. Tiene una proposición. El viento cada vez es más fuerte y pasar la noche en una tienda de campaña no será lo más cómodo para nosotros. Resulta que se ha encontrado con un colega, un pastor nómada, que nos ofrece su yurta para pasar la noche al resguardo. ¡Aceptamos encantados! La yurta es una construcción humilde, con un par de futones en el suelo sobre los que dejamos nuestros sacos de dormir, cortesía de Ayan Tours. El baño está en medio del desierto, en una cabina de madera de 1×1… evidentemente, sin agua corriente.

Cráter de Darvaza: Yurta donde pasaremos la noche

¡Vaya aventura! Nos acurrucamos en nuestros sacos de dormir oyendo cómo fuera sopla el viento. A lo lejos, el crepitar de las llamas del cráter de Darvaza nos recuerda que hemos vivido una experiencia única. Muy pocos pueden presumir de haber estado a las “Puertas del Infierno”.

Cráter de Darvaza: imagen de una pareja enfrente de las llamas

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