24 cosas que ver y hacer en San Petersburgo

San Petersburgo es una de las ciudades más apasionantes del mundo. Su rica historia y su legado cultural impresionan al visitante. Además, San Petersburgo fue la capital del Imperio Ruso durante más de 2 siglos. Fue fundada por Pedro el Grande con la intención de convertirla en la “ventana de Rusia hacia el mundo occidental” y es por eso que su diseño y arquitectura se asemejan tanto a los de las grandes capitales europeas. Zares y emperadores paseaban por sus amplias avenidas y jardines mientras que en los palacios se acumulaban obras de arte de incalculable valor.

San Petersburgo fue el escenario principal de la Revolución Rusa, que se inició con el asalto al Palacio de Invierno. Durante la Segunda Guerra Mundial fue asediada durante 29 meses, aguantando el sitio y los bombardeos alemanes. Además, ha cambiado de nombre en varias ocasiones; durante la Revolución se llamó Petrogrado, tras la muerte de Lenin, Leningrado y al caer la URSS retomó su nombre original, San Petersburgo.

Aquí os dejamos nuestro mapa y lista completa de atracciones turísticas, restaurantes y experiencias imprescindibles para disfrutar de vuestra visita a San Petersburgo por libre.

1. Admirar la Plaza del Palacio

Toda visita a San Petersburgo que se precie debe comenzar en la Plaza del Palacio. Esta enorme plaza, fue el escenario histórico de la Revolución de Octubre de 1917. Desde aquí hay unas increíbles vistas a la fachada azul y blanca que alberga el Museo Hermitage. En el centro se alza la Columna de Alejandro, llamada así por el emperador Alejandro I, y que fue erigida tras la victoria rusa en la guerra contra la invasión de Napoleón.

Si tenéis intención de hacer un tour gratuito en español para conocer la increíble historia de esta ciudad, este será el punto de encuentro.

2. Perderse, literalmente, en el Museo Hermitage

Después del Louvre, en París, el Hermitage es el segundo museo más grande del mundo. Aunque no seáis muy fans de los museos, como es nuestro caso, simplemente no os lo podéis perder. Solo por visitar las estancias del maravilloso Palacio de Invierno, donde la mayoría de las piezas se alojan, la visita merece la pena.

El horario es de 10.30 a 18.00. La entrada a este gran complejo se encuentra en la Plaza del Palacio y se accede al mismo a través de una gran puerta de hierro. Es aconsejable comprar las entradas en las máquinas automáticas que hay en la entrada, ya que es más rápido y económico que hacerlo por internet (y no suele haber colas). El Hermitage está formado por un complejo de varios edificios a orillas del río Neva, el más importante de los cuales es el Palacio de Invierno, que fue residencia oficial de los antiguos zares. La colección del museo se formó con la colección privada que los zares fueron adquiriendo a lo largo de varios siglos.

También hay visitas guiadas específicas para la Treasure Gallery (Golden Room y Diamond Room) a medio día y es la única opción para visitarlas. La entrada a estas exposiciones se paga por separado.

La mejor manera de visitar el Hermitage, es sin duda, mediante un tour guiado en español.

3. Disfrutar de las vistas desde la Isla Vasilievsky

Atravesando el Puente del Palacio llegamos a Strelka, en la Isla Vasilievsky, donde disfrutar de las fantásticas vistas al museo Hermitage, de los puentes levadizos sobre el Neva y de las Columnas Rostrales.

4. Pasear hasta la Plaza del Senado y su famosa estatua, el Jinete de Bronce

A orillas del Neva, se encuentra la estatua de Pedro El Grande. Fue erigida por la gran zarina rusa, Catalina II en la plaza en la que antiguamente se encontraba el Senado. Se trata del símbolo por excelencia de la ciudad.

5. Admirar desde abajo y desde arriba la Catedral de San Isaac

Ubicada frente a la plaza del mismo nombre y junto a la Plaza del Senado, impresiona no sólo por su tamaño, sino también por su decoración interior. Os recomendamos subir a la cúpula y disfrutar de unas magníficas vistas de San Petersburgo.

6. Fotografiar la Iglesia de la Sangre Derramada

Bordeando uno de los canales de San Petersburgo está la Iglesia del Salvador de la Sangre Derramada, la iglesia ortodoxa más importante y famosa (con el permiso de San Basilio) de Rusia. Su decoración exterior e interior de estilo típicamente ruso es alucinante. Recibe este curioso nombre en honor al zar Alejandro II, víctima de un ataque del grupo terrorista Voluntad del Pueblo que lo asesinó en un atentado bomba en el punto exacto en el que está construida la iglesia.

En los alrededores de la iglesia hay multitud de puestos de souvenirs donde podréis haceros con un típico gorro ruso.

7. Visitar la Catedral de Nuestra Señora de Kazán

Con su magnífica columnata, es fácil entender por qué la Catedral de Nuestra Señora de Kazán está inspirada en la basílica de San Pedro de Roma. Inicialmente el plan era construir un edificio simétrico a este justo enfrente, pero el proyecto no llegó a terminarse nunca. La visita de noche merece mucho la pena. La entrada es gratuita. 

Dentro se encuentra una de las imágenes de la Virgen de Kazán más veneradas por los fieles rusos.

8. Pasear por Nevsky Prospekt

La avenida más céntrica y concurrida de San Petersburgo es cúmulo bullicioso de artistas callejeros, tiendas, bares y restaurantes. Fue sin duda nuestra parte favorita de la ciudad y está especialmente animada al atardecer. En la Avenida Nevsky no os podéis perder el Centro Comercial Passage, que merece la pena por su bonita arquitectura, así como el Magazin Kuptsov Yeliseyevykh, una de las cafeterías más bonitas del mundo. Ambas direcciones están señaladas en el mapa del comienzo.

9.  Visitar la Iglesia Chesme, la más original de San Petersburgo

De camino al Palacio de Catalina, cerca de la estación de Moskovskaya, no os podéis perder esta iglesia completamente rosa. Es súper fotogénica e instagrameable 😉

10. Sentirse Anastasia por un día en el Palacio de Catalina

El Palacio de Catalina, situado a 25 km al sur, en la ciudad de Pushkin, es una visita imprescindible en San Petersburgo. El transporte más económico a la par que cómodo para llegar al palacio es la marshrutka, los famosos mini-buses rusos. Debemos tomar el 299 desde la parada de metro Moskovskaya. Otra opción es el taxi. Si queréis evitar complicaciones, lo mejor es contratar un tour en español que se encargará del transporte, las entradas y de daros toda la información necesaria.

El palacio abre todos los días (menos los martes) a las 10 y la entrada cuesta 400 rublos. Las visitas deben ser siempre guiadas y es importante reservar con antelación, sobre todo en verano, porque las entradas se agotan. Este palacio era la “modesta” casa de veraneo de los zares, su estilo no puede ser más rococó y su carta de presentación son los ya típicos colores azul, blanco y dorado. La visita comienza en la escalera blanca que divide las estancias del norte y del sur. Las salas que no hay que perderse son El Gran Salón Dorado, La Antecámara, La Antesala de los Caballeros al Comedor, La Enfilada Dorada y la espectacular Sala de Ámbar. 

El Parque de Catalina es como un museo al aire libre. Jardines, lagos y esculturas rodean el complejo. En sur se encuentra la Galería Cameron, con exposiciones temporales y al gran lago, donde se pueden alquilar barcas para dar un paseo en verano. Hay también un museo Hermitage y una casa de baños.

11. Ver las fuentas y jardines del Palacio Peterhof

Una de las visitas imprescindibles en San Petersburgo es el Palacio Peterhof, también conocido como el Versalles Ruso. Cientos de fuentes majestuosamente doradas funcionando a la vez en un marco palaciego incomparable, eso es lo que ofrecen los jardines del Palacio Peterhof. También está situado a las afueras de San Petersburgo y es posible llegar en transporte público (metro + bus), en taxi, en barco o con una excursión organizada.

En “invierno” los jardines son gratuitos ya que las fuentes no funcionan al 100%. En verano cuesta 900 rublos. Hay múltiples edificaciones y museos en la zona que podemos visitar en función del tiempo y del presupuesto que tengamos, siendo el más famoso el Palacio Grande (1200 rublos). Aquí podéis ver todas las opciones y precios. En nuestra humilde opinión, lo que más merece la pena del Palacio Peterhof son sus jardines y exteriores. 

12. Acercarse hasta la Catedral de Pedro y Pablo en Peterhof

Muy cerquita del Palacio de Peterhof, hay una pequeña catedral, poco conocida con un estilo ruso inconfundible que no os podéis perder. Nosotros nos la encontramos completamente en obras, así que ahora seguro que está preciosa 😀

13. Ser de los pocos viajeros que descubren la Iglesia de la Intersección

Y he aquí el secreto mejor guardado de San Petersburgo, la visita que no aparece en las guías y aún no entendemos bien por qué: la increíble Iglesia de la Intersección, hecha 100% en madera.

En realidad es aún mejor, se trata de un complejo de edificios todos realizados en madera donde la estrella es la Iglesia que le da nombre, que cuenta con unas 25 cúpulas acebolladas dignas de admirar. Por increíble que parezca, durante nuestra visita, fuimos los únicos turistas. De verdad, no os lo podéis perder en vuestra visita a San Petersburgo por libre. 

Además, es una opción estupenda para todos aquellos que no puedan alargar su viaje por Rusia y visitar la famosa Kizhi.

Para llegar hasta aquí debemos ir hasta la parada de metro Lomonosovskay, en la salida buscar los autobuses públicos de San Petersburgo y coger el autobús 476. Ojo que también se puede coger el K-476 (minibús) un poco más caro y en el que hay que avisar al conductor de dónde parar. También es posible desplazarse en taxi o gett. Tenéis la señalización exacta en el mapa. 

14. Conocer los inicios de la ciudad en la Fortaleza y Catedral de Pedro y Pablo

La fortaleza de San Pedro y San Pablo se asienta sobre una isla pantanosa a orillas del río Neva. Se trata de la ciudadela original y primera construcción de San Petersburgo, fundada el 27 de mayo de 1703. Pese a su nombre, nunca ejerció de ciudadela, sino que acabó siendo una cárcel, entre otras cosas, donde estuvieron personajes como Trotski. Dentro de la fortaleza se encuentra la Catedral de San Pedro y San Pablo, cuya aguja dorada es reconocible desde toda la ciudad. En su interior están enterrados los últimos zares de Rusia así como la familia Romanov al completo. Nos encantó la exposición que hay en el complejo sobre la historia de los zares y la leyenda de la hija perdida de Nicolás II, Anastasia.

En la fortaleza también podemos visitar el Museo Estatal de Historia de San Petersburgo, el Museo de la Exploración Espacial y el bastión de Trubetskov.

15. Admirar la arquitectura árabe en la Mezquita de San Petersburgo

Poco conocida, turísticamente hablando, la Mezquita de San Petersburgo se inspira en los templos más majestuosos de la mítica Samarcanda. Se trata de un buen adelanto (¡o recuerdo!) para todos aquellos que se planteen una visita a Uzbekistán.

16. Disfrutar de la belleza de la Catedral Smolny

El mismo arquitecto italiano del Palacio de Invierno, Peterhof o el Palacio de Catalina construyó un convento para la hija de Pedro el Grande. Finalmente no se llegó a recluir porque se alzó con el trono. Se trata de una catedral perfectamente encajada entre el resto de edificios que forman un conjunto azul cielo que destaca ya en la distancia.  Varias líneas de autobús llevan a este complejo desde el centro de San Petersburgo.

17. Vivir la espiritualidad del Monasterio de Alejandro Nevski

Fue fundado en 1710 por Pedro el Grande en el extremo sur de la Nevsky Prospekt, para que albergara los restos de Alejandro Nevski, líder ruso y santo de la Iglesia ortodoxa. Se trata de un lugar de culto muy importante para los ortodoxos, por lo que el ambiente es muy místico y debemos ser muy respestuosos durante nuestra visita. En el interior del monasterio econtramos dos iglesias barrocas muy coloridas.

En el acceso al Monasterio encontramos los cementerios de Lázarev y Tijvin, en los cuales descansan los restos de numerosos personajes destacados de la historia de Rusia, tales como Fiódor Dostoyevski o Piotr Ilich Chaikovski.

18. Visitar el Museo Fabergé

Este museo privado alberga las obras más famosas del famoso joyero ruso Peter Carl Fabergé, entre las que destacan los célebres huevos de Fabergé que el joyero diseñó para los dos últimos zares de Rusia. Cada huevo contenía un regalo de incalculable valor en su interior; un colgante con fotos de la familia del zar, cajas de música, etc.

El edificio es precioso y la colección te deja sin palabras. Se dice que el dueño del museo llegó a pagar 100 millones de dólares, solo por la colección de huevos.

La entrada cuesta 450 rublos.

19. Descubrir el Palacio Yusupov

Entre los numerosos palacios y residencias nobles de San Petersburgo, el Palacio Yusupov destaca por conservar los interiores originales y en perfecto estado. Obras de arte y salas espectaculares se suceden en la visita. Además, este palacio es famoso por ser el lugar donde se conjuró el asesinato del famoso consejero Rasputín.

El papel de Rasputín en la corte de los zares era de lo más ambiguo, se le llegaron a atribuir dotes de hechicero, curandero y asesor político. Esto último era lo que más molestaba a la nobleza que tomó cartas en el asunto orquestando su asesinato. Lo invitaron al palacio de la familia Yusupov para terminar con su vida.

La entrada cuesta 700 rublos. Tour guiado aquí.

20. Visitar el Museo Estatal Ruso

Si os interesa el arte ruso, este es vuestro museo. Tiene una colección de miles de obras, que van desde el siglo XI hasta la actualidad. Gran parte de la colección está en el imponente palacio Mikhailovsky, aunque tienen otras sedes en la ciudad.

La entrada para visitar el edificio principal cuesta 500 rublos y hay que pagar 1000 rublos para ver todas las exposiciones del museo.

21. Pasear o hacer una excursión por los canales y ver cómo se levantan los puentes

Tanto de día como de noche, merece la pena realizar una excursión en barco por los canales de San Petersburgo. Esta experiencia es aún más especial si coincide con el levantamiento de los puentes que unen las diferentes islas de la ciudad.

22. Ver una ópera o ballet en el Teatro Mariinsky

El Teatro Mariinsky es uno de los más famosos del mundo, tanto por su belleza arquitectónica como por la calida de sus espectáculos. Abrió en 1860 y desde entonces ha sorprendido a sus espectadores con increíbles obras de ballet, música clásica y ópera. De hecho, allí se estrenaron varias obras de artistas tan importantes como Tchaikovsky.

Estos tours organizados os permitirán acceder a las entradas sin problema.

23. Pasear por los Jardines de Verano

Si visitáis San Petersburgo cerca de los meses de verano, no os podéis perder estos increíbles jardines que rodean la primera residencia de Pedro el Grande. Estatuas y fuentes rodean los caminos simétricamente diseñados. Es uno de los parques más bonitos que ver en San Petersburgo.

24. Disfrutar del metro de San Petersburgo

Muchas veces eclipsado por la fama del metro de Moscú, la verdad es que el metro de San Petersburgo no tiene nada que envidarle. Debido a su gran profundidad, fue utilizado durante los períodos de guerra como búnker. Algunas estaciones dignas de visita son Kirovsky Zavod, Avtovo, Pushkinskaya o Admiralteyskaya.

Para recorrer las estaciones más importantes y no perder detalle de las increíbles historias que este metro tiene que contar, os aconsejamos esta excursión guiada.


Espero que esta pequeña guía de San Petersburgo os resulte útil en la organización de vuestro viaje por libre. Como siempre, si necesitáis ayuda o si queréis que hagamos el trabajo por vosotros, echadle un ojo a nuestro servicio de guías personalizadas.

 

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