En este artículo os contamos nuestra experiencia visitando las cuevas más impresionantes que hemos visto nunca. Están en Eslovenia y son las cuevas de Postoina y Skocjan. ¿Nos acompañáis?
Nuestro segundo día de este viaje por Eslovenia será uno de los más intensos. Hoy comenzaremos el día en las cuevas de Postoina (o Postojna), las que dicen son las más visitadas de Europa, pasaremos por el particular castillo de Predjama y acabaremos el día en las cuevas de Skocjan, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La verdad es que no somos unos amantes incondicionales de la espeleología y, a decir verdad, casi todas las cuevas nos parecen iguales. Por eso no teníamos muchas expectativas ante las visitas programadas para el día de hoy. Pues bien, ¡qué equivocados estábamos! Estas no son unas cuevas cualesquiera, esto es simplemente algo digno de ver al menos una vez en la vida. Sobre todo las cuevas de Skocjan, por únicas y diferentes. Seguid leyendo que os contamos más…
¿Cómo visitar las cuevas de Postoina y Skocjan sin vehículo propio? Muy fácil: – Excursión a Bled, la cueva Postojna y el castillo de Predjama – Excursión a la cueva Postojna y el castillo de Predjama – Excursión a Lipica y cuevas de Skocjan desde Pirán |

Índice
Dónde alojarse en Postoina
Postoina es un pueblo bastante pequeño y las cuevas están inmediatamente a las afueras. Nosotros nos alojamos en el Eco Hotel Center, muy tranquilo y cerca de las cuevas. El desayuno es estupendo.
Nos hubiera gustado alojarnos en el fantástico hotel situado directamente dentro del recinto de las cuevas: el Postonja Cave Hotel Jama, pero ya estaba completo cuando lo miramos.
Cerca de las cuevas de Skocjan no hay tantas opciones de alojamiento, así que os recomendamos hacer base en Pirán o en Postoina para visitarlas.
Visita a las cuevas de Postoina
Las cuevas de Postoina, situadas en el pueblo esloveno de mismo nombre, son un conjunto de túneles de, atención, ¡24 kilómetros de extensión! “Tan solo” 5 kilómetros están abiertos al público y una gran parte de ellos se recorren en tren eléctrico. La verdad es que es una experiencia de lo más increíble.
Las cuevas fueron descubiertas en el siglo XVII, aunque en su interior hay inscripciones que datan del siglo XIII. La cueva recibe turistas desde 1818 y al principio los visitantes tenían que iluminar su camino con antorchas. En 1872 se instalaron los primeros raíles para un tren impulsado a gas. Además, se instalaron las primeras bombillas eléctricas. De hecho, las cuevas de Postoina tuvieron luz mucho antes que la capital del país, Liubliana, lo que aumentó enormemente su popularidad.
Las entradas se adquieren en las mismas taquillas o de forma anticipada en la siguiente web. Hay un paquete muy interesante que incluye además la visita al castillo de Predjama. Una vez en el recinto, podéis dejar el coche en el gigantesco parking de las cuevas por 5 Euros. La verdad es que se ha construido una infraestructura gigantesca alrededor de las cuevas, con un hotel, un centro comercial y multitud de restauranes.

La visita dura unas dos horas que se os harán cortísimas. El viaje al centro de la Tierra comienza con un trayecto en tren de unos 15 minutos. En las cuevas hace siempre mucho frío, así que si visitáis en época cálida, acordaos de llevar algo de abrigo. Sobre todo con el airecillo del tren, lo agradeceréis 🙂
Poco a poco vamos atravesando galerías repletas de estalactitas y estalagmitas perfectamente iluminadas, a veces hasta con lámparas gigantes de estilo araña. Es un recorrido apasionante. No pudimos dejar de grabar y de hacer fotos ni un solo momento.

Cuando llegamos a la “estación” subterránea nos apeamos del tren y comienza el recorrido a pie. Se trata de una visita con audio-guía de lo más interesante. Atravesamos salas y más salas, puentes, escaleras y no podemos dejar de alucinar ante la grandiosidad de las cuevas. En algunos puntos, del techo al suelo hay más de 200 metros de altura.
La visita acaba en una tienda de souvenirs subterránea situada muy cerca de una pecera que alberga algunos ejemplares de un dragón acuático albino endémico de las cuevas llamado “proteus”. Volvemos a subirnos al tren para hacer el mismo recorrido de vuelta. Esta vez dejamos las cámaras y nos centramos en disfrutar al 100% del espectáculo.

Castillo de Predjama
A unos 15 minutos en coche de las cuevas de Postoina, se encuentra el particular castillo incrustado en la montaña de Predjama. Hay varios parkings de pago donde podremos dejar nuestro coche antes de comenzar la visita. La entrada se puede comprar por separado o combinada con las cuevas de Postoina.
Desde fuera, el castillo de Predjama ofrece una imagen increíble. Está literalmente construido en el interior de un acantilado de 123 metros. La entrada original se hacía por unas cuevas en su base, lo que lo convertía en prácticamente inexpugnable. El castillo data del siglo XII aunque fue reconstruido en 1570 usando un estilo gótico centroeuropeo.

Las mejores fotos se obtienen con la luz de la mañana, ya que el sol incide en el muro de piedra resaltando todos los detalles de la fachada del castillo. Además, en la parte baja hay un prado verde y un puente de madera desde el que se obtienen las mejores vistas.


Después de hacer cientos de fotos, comenzamos la visita interior. Hoy en día se accede al castillo de Predjama por un puente levadizo y de ahí vamos subiendo pisos y más pisos. La entrada incluye una audio-guía para ir entendiendo mejor la particular disposición de este castillo.
La montaña está presente en cada nivel, de hecho muchas salas usan la piedra de la misma como parte de sus muros. Hay un sistema de canalización de agua muy ingenioso para paliar la humedad del entorno. Entre las salas más impresionantes están el Salón del Trono, la Capilla, los calabozos o la sala de torturas.
Pero de todos los lugares del castillo de Predjama, destaca la famosa cueva, ubicada en lo alto de la fortaleza, y que servía de refugio a los habitantes en caso de asedio. Esta cueva era el lugar del que partía el pasadizo por el que salían sus habitantes en busca de alimento. Se organizan visitas para expertos en la misma cueva que requieren material y conocimientos avanzados de espeleología ya que durante la excursión el grupo se adentra cientos de metros en la montaña.


Visita a las cuevas de Skocjan
Para llegar a las cuevas de Skocjan en vuestro propio vehículo, hay que seguir la A-1 sentido sur, hasta la salida de Divaca, que nos llevara directos al parking de las cuevas (Matavun 12). Es muy importante verificar bien la ruta en el GPS ya que a nosotros al buscar por el nombre, nos mandaba a una ubicación completamente errónea.
El centro de información de las cuevas de Skocjan cuenta con un pequeño museo, una tienda, un bar-restaurante y las taquillas. El precio varía en función de la época del año al igual que los horarios de las visitas guiadas, por lo que lo mejor es consultar directamente su página web que nos dará toda información actualizada.
Las cuevas de Skocjan fueron descubiertas en 1884, aunque se cree que estuvieron habitadas en la prehistoria. Son Patrimonio de la Humanidad desde 1986 ya que esconden el cañón subterráneo más grande del mundo conocido hasta la fecha. Las fotografías en su interior no están permitidas, así que las que aquí os mostramos han sido cedidas por la dirección de las cuevas.
La visita a las cuevas de Skocjan comienza con una pequeña caminata (cuesta abajo) de unos 10 minutos por el valle de Globocak hasta la entrada de la cueva. Atravesamos un largo túnel hasta llegar a la que llaman la cueva Silenciosa, con impresionantes estalactitas y estalagmitas. Esta cueva desemboca en el Gran Salón, de 30 metros de alto, y en el que podemos ver dos enormes estalactitas conocidas como el Órgano y los Gigantes.
Hasta aquí todo normal, de hecho, al venir de las cuevas de Postoina nos pareció un poco más de lo mismo… Sin embargo, al entrar en la siguiente sala empezamos a escuchar el discurrir del rio Reka. Seguimos caminando hasta la impresionante cueva de los Susurros, una galería gigantesca con paredes de hasta 100 metros de alto.
¿Sabíais que Reka en esloveno significa río? Así que el río Reka es el “Río río” 🙂 |
Estábamos ya alucinando con esta estampa cuando de repente aparece ante nosotros un cañón subterráneo de 146 metros. Una visión irreal, imposible. El río discurre constante en la base del cañón formando una neblina mística que crea una atmósfera mágica. La visita continúa sobre una pasarela suspendida a 80 metros de altura, atravesando puentes dignos de las mismísimas Minas Moria de El Señor de los Anillos. Una auténtica maravilla de la naturaleza y un lugar sobrecogedor. Nunca hemos visto nada igual.
En esta foto podéis ver la escala de las personas que están en el puente, comparadas con el tamaño del cañón. Cruzar esa pasarela es una sensación única, entre el vértigo y la emoción de estar en un lugar tan especial.
Con toda la pena del mundo, abandonamos el cañón a travès de una gran apertura al Gran Valle Velika Dolina. Ahora nos toca seguir el sendero que asciende durante unos 15 minutos hasta llegar de nuevo al Centro de Visitantes.
Acaba nuestro primer día completo en Eslovenia y no podemos estar más satisfechos y emocionados con todo lo que hemos visto y vivido durante la jornada. Definitivamente, en Eslovenia saben cómo sacarle partido al gran patrimonio natural que poseen. Y una cosa está clara, en cuanto a cuevas, es difícil superarles.