Qué ver en Fuerteventura en 4 días

Fuerteventura es una de las zonas más salvajes de España, sin duda. Árida, volcánica, ventosa, extensa, una desolación fantástica y una belleza desértica que cubren la más oriental de las Islas Canarias.

Hay tantas playas inmensas que recorrer, carreteras sin asfaltar por las que perderse y volcanes a los que escalar que uno podría perderse durante meses en Fuerteventura. De hecho, ésta parece ser una decisión muy popular ya que el número de campervans y furgonetas que pernoctan en la isla es enorme.

Nosotros, en esta ocasión, hemos combinado este viaje con una visita a Lanzarote, por lo que vamos a dedicar (solo) 4 días completos a descubrir qué ver y hacer en Fuerteventura. Acompañadnos en este intenso plan, ¡merece la pena!

DÍA 1: Ruta por el interior de Fuerteventura

Amanece en nuestro apartamento de Corralejo. Hemos decidido alojarnos aquí por la conveniencia a la hora de realizar varias excursiones que tenemos previstas (como la Isla de Lobos). Además desde Corralejo salen los ferrys a Lanzarote (media hora de trayecto) y la opción de bares, restaurantes y tiendecitas para pasear al atardecer es muy amplia.

Subimos a nuestro coche de alquiler (ya sabéis que en Canarias somos unos incondicionales de Cicar) y ponemos rumbo al interior de la isla. La primera luz del día deja ante nuestros ojos imágenes de otro planeta. Ni un solo árbol, solo algunas palmeras, y varios conos volcánicos diseminados en el horizonte nos dan la bienvenida a Fuerteventura. Nuestra primera parada son los molinos viento de Villaverde, cerca de La Oliva. Aunque no se puede acceder a ellos, la foto desde fuera bien merece la pena 🙂

Seguimos la ruta hacia el sur dejando a nuestra derecha el monte Tindaya. Se trata del lugar natural más importante de Fuerteventura ya que era considerado como sagrado por los primeros pobladores de la isla, los majos. De hecho, alberga más de 300 pinturas rupestres. Las mejores vistas se obtienen sin duda desde el Mirador del Vallebrón.

Continuamos la ruta de los miradores hasta el de Guise y Ayose. Aquí el viento es fuerte y la temperatura más fresca. Pero las vistas merecen la pena. A un lado se aprecia el paisaje de la zona norte de Fuerteventura y al otro, el Valle de Betancuria. Las esculturas de bronce de Guise y Ayose, quienes reinaban las dos regiones en las que se dividía la isla (Jandía y Maxorata) hasta la conquista en 1.402, nos acompañan en nuestras fotos del lugar. 

Entrada la mañana nos disponemos a hacer una “pequeña” ruta de trekking. Tenemos intención de visitar el famoso Arco de las Peñitas, que se encuentra al final del barranco del mismo nombre. Aparcamos cerca del restaurante Casa Naturaleza y comenzamos a caminar. Pues bien, la ruta efectivamente no es muy exigente, alrededor de 1 hora de ida y otra de vuelta recorriendo un precioso palmeral y un cañón rocoso muy fotogénico. Eso sí, a esta hora del día el calor aprieta y nuestras zapatillas de suela plana no ayudan.

Al llegar al final del recorrido, donde hay otro parking (Camino Pájara) no vemos ni rastro del famoso arco. Tras deambular por la zona y preguntar a algunos locales, por fin nos indican el camino advirtiéndonos de que es algo “duro”. No nos lo tomamos muy en serio hasta que la ruta desaparece por completo y una pared vertical de piedras es la única opción posible. ¿Será por aquí? No, no creo… ¿Tú crees? Oímos voces al otro lado del “muro” así que allá vamos. Unos dos litros de sudor después alcanzamos nuestro objetivo. El increíble arco excavado por la erosión del viento es aún más impresionante en vivo que en las imágenes que habíamos visto. Recuperamos el aliento sacando un millón de fotos y disfrutando del paisaje. Ha merecido la pena. Eso sí, la próxima vez llevaremos más agua, un mejor calzado y evitaremos el calor del mediodía.

Es hora de coger fuerzas, así que nos dirigimos a la cercana Betancuria para comer. Recorremos sus calles empinadas y repletas de flores hasta el restaurante Casa Santa María. La comida está deliciosa y el sitio es una maravilla, un jardín oasis en medio del desierto 🙂 Como dato curioso, Betancuria fue la primera capital de la isla. Fue fundada por Jean de Béthencourt en 1404, así que es una de las poblaciones más antiguas de Canarias. Ahora solo quedan unas cuantas casas encaladas y cuatro o cinco calles entrelazadas, pero aún así nos gustó mucho.

Las piscinas naturales de Aguas Verdes son una parada perfecta para relajarse después de este intenso día. Es muy importante que las visitéis en bajamar ya que si hay pleamar, o si las olas son violentas, no podréis disfrutar de ellas e incluso se convertirán en un sitio peligroso.

El atardecer nos espera en Ajuy, un bonito pueblo costero con una playa de arena negra que alberga las las Cuevas de Ajuy. No os lo perdáis, es el sitio geológico más antiguo de Canarias. Para llegar hay que subir por camino que recorre los acantilados, situado en la parte derecha de la playa. Igualmente, es necesario que la marea esté baja para visitarlas con total tranquilidad.

DÍA 2: Excursión a la Isla de Lobos y El Cotillo

La Isla de Lobos es una bonita excursión de un día que hacer durante nuestro viaje por libre a Fuerteventura. Se trata de un islote casi desértico (hay solo 5 personas censadas) ubicado al noreste de Fuerteventura, a tan solo 20 minutos en barco de Corralejo. Para visitar la isla es necesario sacar una autorización que puedes solicitar en esta web. Existen dos turnos: de 10h a 14h y de 14h a 18h. Aunque las horas de vuelta suelen ser flexibles. Nosotros elegimos realizar la excursión con Civitatis ya que ellos mismos te gestionan el permiso. También hay opción de watertaxi o de excursión en catamarán.

Aquí tenéis la lista de las mejores excursiones y actividades en la Isla de Lobos:
Excursión en Watertaxi a la Isla de Lobos
Ferry de ida y vuelta a la Isla de Lobos
Ferry a la Isla de Lobos + snorkel
Excursión a la Isla de Lobos en Catamarán
Senderismo por la Isla de Lobos

Si queréis comer en la isla, tan solo hay un restaurante, así que lo mejor es reservar nada más llegar por la mañana. Nos disponemos a hacer la ruta circular de unas tres horas y media que recorre la isla al completo, bien provistos de crema solar, agua y snacks. Empezamos en El Puertito, una zona de piscinas naturales con miles de peces donde hacer snorkel. Aquí es donde la mayoría de los visitantes se quedan a pasar el día. Seguimos hasta Las Lagunitas, que tendrán más o menos agua en función de la marea. Es un sitio estupendo para apreciar la fauna de la isla. En el extremo norte se encuentra el Faro de Punta Martiño, desde donde podemos observar Lanzarote y Fuerteventura. Ya en la zona occidental se encuentra la Montaña La Caldera que, con sus 127 metros es, evidentemente, el punto más alto de la Isla de Lobos. Subir cuesta lo suyo, pero la vistas desde arriba merecen la pena. Finalmente nos relajamos en la Playa De La Concha, desde donde tenemos unas vistas chulísimas de las dunas de Corralejo en Fuerteventura.

Una vez de vuelta en Fuerteventura es hora de conocer el paraíso surfero de El Cotillo. Varias carreteras de grava conducen a playas tan impresionantes como La Concha, Playa de los Lagos, Playa del Castillo, Playa del Águila. Nosotros elegimos la Playa del Castillo o Piedra Playa para pasar la tarde, con unas vistas preciosas al pueblo de El Cotillo y unas formaciones rocosas en la arena que hacen de marco perfecto para nuestras fotos del atardecer.

DÍA 3: Jandía, Cofete y las playas del sur

La alarma suena a las 7 en punto. Fuera aún es de noche. Nuestro plan de hoy es muy ambicioso. Hemos decidido visitar el sur de Fuerteventura sin cambiar de alojamiento, desde Corralejo, así que nos esperan varias horas de coche. Ponemos rumbo al sur atravesando Puerto del Rosario y Costa Calma hasta llegar a Morro Jable. Las playas infinitas de colores turquesas y aguas tranquilas nos van dando paso. Aquí los mega hoteles y resorts son mucho más comunes que en la zona norte. Pero nuestro objetivo queda aún lejos.

Nos dirigimos a Cofete, una playa salvaje de 14 km de longitud en el extremo sur de Fuerteventura. Desde Morro Jable una carretera de montaña, sin asfaltar y con millones de curvas, serpentea durante 20 km. Para que os hagáis una idea, tardamos casi 40 minutos en recorrerla. Pero tanto las vistas como la experiencia son de otro mundo. Con un vehículo turismo normal se puede hacer sin problema, pero hay que extremar la precaución. A medio camino nos topamos con Montaña Aguda, desde donde se obtienen unas vistas irreales de Cofete. Nuestros ojos no alcanzan a ver el final de la playa, es majestuoso. Al fondo despuntan los picos del Parque Natural de Jandía.

Una vez allí es hora de relajarse. Tu vecino más próximo suele estar a cientos de metros. Solo el sonido de las agitadas olas irrumpe la tranquilidad del lugar. Una maravilla.

Llega la hora de comer así que volvemos hasta Morro Jable a comer un pescadito fresco en cualquiera de sus restaurantes con vistas al mar. Después de comer damos un paseo por la Playa del Matorral, con un agua de un intenso turquesa. Sin embargo, los gigantescos edificios que la rodean hacen que no sea nuestro “estilo” de playa. Queremos arenales infinitos y nos han comentado que la Playa del Sotavento es perfecta para ello. Y rápidamente se convierte en nuestra playa favorita de Fuerteventura. Sus 8 km de arena dorada, su agua calentita y sus preciosas lagunas, que se forman cuando la marea baja, nos invitan a pasar horas y horas en ella. Tan solo un hotel solitario en el horizonte nos recuerda que la civilización aún existe. Una manera perfecta de acabar nuestro día por las playas del sur de Fuerteventura.

DÍA 4: Los volcanes del norte y Corralejo

Cuarto y último día en la isla de los fuertes vientos. Hoy vamos a recorrer el norte de Fuerteventura. Sus conos volcánicos y sus playas únicas.

Hemos elegido el Calderón Hondo como trekking del día. Llegamos al pueblo de Pajares y seguimos las indicaciones hasta el parking desde el que comienza la ruta. Tomamos el camino de la derecha, que rodea el volcán casi por completo y asciende en la zona norte, lo que nos permitirá tener unas impresionantes vistas de los volcanes de Bayuyo. El fuerte viento nos dificulta el ascenso, pero no es una ruta demasiado dura. El último tramo de escaleras nos acerca al cráter del volcán. La sensación es maravillosa y el paisaje único. Se puede rodear el cráter y descender por la cara sur pero el viento es tan fuerte que decidimos volver por donde hemos venido.

Ahora toca visitar uno de los puntos más instagrameables de Fuerteventura, la famosa Pop Corn Beach o Playa de las Palomitas. Un abrupto camino de grava, a unos 10 minutos de Corralejo, nos lleva hasta ella. Una vez allí, no nos podemos creer lo que vemos. Unas pequeñas piedrecitas de coral blanco hacen las veces de arena, ¡con forma de palomitas de maíz! Cien o doscientas fotos después, el hambre aprieta, así que volvemos a Corralejo para disfrutar de una rica comida en el Restaurante Platanera, uno de nuestros favoritos de la zona.

Dedicamos la tarde a visitar las dunas del Parque Natural de Corralejo. Se trata de un arenal inmenso de dunas naturales, las mayores de todas las Canarias, formadas por la acción del viento. Aparte de dunas, hay kilómetros de playas de arena blanca bañadas por aguas turquesas donde relajarse y esperar al atardecer. Una forma muy divertida de conocer este lugar es haciendo un tour en buggy. Con la última luz del día colándose entre las dunas de Corralejo despedimos estos días intensos de visita por libre en Fuerteventura.

1 Comment

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.