Asturias impacta. Deja boquiabierto. A veces resulta difícil creer que su increíble naturaleza y sus exuberantes paisajes sean de este mundo. Pero lo son, y están al alcance de todos.
Si buscáis una ruta completa y variada que os descubrra lo mejor de esta región de España, seguid leyendo 🙂
Dónde alojarse en Asturias
Para recorrer la región entera y debido a su forma alargada, lo ideal es alojarse en dos o tres sitios diferentes y así evitar conducir más de lo necesario.
Os recomendamos que el primer alojamiento esté cerca de la zona de Llanes. No os arrepentiréis pues hay infinitas playas y pueblecitos que descubrir muy cerca. Nuestra recomendación para un presupuesto medio es el Hote Migal, que tiene unas vistas espectaculares y está en un enclave de ensueño.
Si os interesa visitar la zona interior y la cordillera de Picos de Europa con sus famosísimos Lagos de Covadonga, os recomendamos hacer noche en Cangas de Onís. A nosotros nos encantó el Hotel El Sella, en pleno centro y al ladito del puente romano.
Por último y para visitar la región más occidental, alojarse en alguna de las grandes ciudades como Gijón u Oviedo es una excelente idea. Su oferta cultural y gastronómica es espectacular. Nosotros encontramos una muy buena oferta en el Eurostars Palacio de Cristal en Oviedo. El edificio en el que está es sencillamente increíble, las camas comodísimas y el desayuno muy top. Está un pelín a las afueras de la ciudad pero es muy fácil aparcar por la zona (al menos en verano), así que es muy conveniente si viajáis en coche.
Ruta de 7 días en Asturias
Como sabréis, la meteorología en el norte de España juega un papel determinante a la hora de planificar cualquier actividad. Nos consideramos afortunados ya que solo “sufrimos” dos días de mal tiempo, pero aún así tuvimos que modificar la ruta un par de veces y hacer algún kilómetro de más como consecuencia. El plan que os dejamos aquí es el el que más sentido tiene y el que hubiéramos hecho en caso de haber tenido buen tiempo todos los días; el que hicimos, consta del mismo contenido, pero el orden es un poco más aleatorio 🙂
Día 1: Playas orientales de Asturias
- Playa Franca
- Playa interior de Cobijero
- Playa de Vidiago
- Playa de Cue
Empezamos el recorrido por la parte más oriental de Asturias, donde se encuentran varias de las playas más espectaculares de la región. Pasamos la mañana en la Playa de la Franca, disfrutando de sus verdes alrededores y de los gigantescos riscos que, cuando la marea baja, dan acceso a la vecina Playa del Oso.
Es hora de un poco de aventura, así que nos dirigimos a la Playa del Cobijero. Y es que esta no es una playa cualquiera, es una playa de interior. El mar enfurecido ha ido excavando su camino entre los acantilados hasta una pequeña llanura en la que se ha formado una playa. El agua se cuela por un pequeño hueco entre los acantilados, solo cuando la marea está alta, e inunda la zona formando una pequeña playa ¡con olas y todo! A esta playa se llega tras una breve caminata de unos 10 minutos desde Buelna.
Por la tarde nos dirigimos a otra increíble playa, la de Vidiago. Os recomendamos subir las escaleras que dan acceso al camping y que recorren los acantilados hasta llegar a la playa de Bretones, igualmente preciosa.
El atardecer debe ser aquí, en la Playa de Cue. Con el sol perdiéndose entre los acantilados que encierran esta increíble playa y las vacas pastando alegremente, no encontraréis un lugar más idílico para despedir el primer día de ruta.
Día 2: Llanes y alrededores
- Mirador de la Boriza y playas de Ballota y Andrín
- Llanes
- Playa de Poo
- Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro
El día comienza tempranito, el Mirador de la Boriza es un sitio muy concurrido, así que lo visitamos pronto para evitar las multitudes. Al llegar entendemos el por qué. Unas vistas de espectaculares a dos playas salvajes y perfectamente simétricas, La Ballota y Andrín dejan al viajero sobrecogido ante tanta belleza. Si vais con mal tiempo, será incluso más espectacular, os lo aseguramos.
La mañana continúa recorriendo el coqueto pueblo de Llanes, con su ría, sus edificios coloridos y sus famosos “Cubos de la Memoria”. Aquí encontraréis mil y una opciones gastronómicas para degustar las maravillas de la cocina asturiana. Nuestra recomendación, a modo de capricho, es El Bálamu, no solo por el excelente producto, si no por las vistas y la impecable decoración que ofrece.
Con la marea baja, no hay que perderse la Playa de Poo. El Cantábrico, cuando se retira, deja a la vista una ría infinita por la que pasear. Tan larga que parece que si uno sigue caminando llegará hasta las mismísmas verdes montañas del horizonte.
Para terminar, nos acercamos hasta la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores de Barro. Esta sencilla pero bonita iglesia, queda rodeada de agua cuando sube la marea. Cuando baja, las barcas de pescadores quedan aparcadas en la arena que la rodea. Un espectáculo precioso.
Día 3: De Llanes a Ribadesella
- Playa de Torimbia
- Playa de San Antolín
- Playa interior de Gulpiyuri
- Ribadesella
- Bufones de Pría
La reina de las playas asturianas, el plato fuerte, la Playa de Torimbia. Cuando uno se asoma al mirador situado en el mismo parking y al borde de los acantilados que la rodean, se siente muy pequeñito. Os recomendamos bajar hasta la playa, aunque sea para tener una vista completa desde todas las perspectivas posibles, merce la pena. La subida es otra cosa, pero es el precio que hay que pagar por visitar esta maravilla. El parking es pequeño, así que, en temporada alta y si hace bueno, id pronto 🙂
La Playa de San Antolín es mucho más accesible. De ella salen varias rutas que recorren varias playas de la zona, incluIda la playa interior de Gulpiyuri. Mismo concepto que la Playa de Cobijero, pero con más gente. Nosotros nos quedamos con la anterior.
Ribadesella nos recibe elegante, limpia y ordenada. Sus bonitas fachadas de colores y su paseo fluvial y marítimo son una delicia. Os recomendamos subir hasta la Ermita de la Vírgen de Guía. Las vistas desde lo alto son impagables. A un lado el río Sella en su desembocadura, al otro el Cantábrico y sus omnipresentes acantilados.
Para acabar el día y disfrutar de un bonito atardecer, nos dirigimos a los Bufones de Pría. Más allá de lo increíble que es el paraje, este sitio esconde un secreto. Resulta que el mar ha ido excavando pequeños túneles verticales que ascienden hasta la parte superior de los acantilados. En días en los que el mar está muy revuelto, el agua sale disparada por estos túneles como si de un aspersor se tratase. En días más calmados, aún es posible sentir el aire y el ruido del mar a través de estos agujeros.
Día 4: Covadonga y Gijón
- Lagos de Covadonga
- Santuario de Covadonga
- Cangas de Onís
- Mirador de Fitu
- Gijón
Los Lagos de Covadonga se empiezan a disfrutar kilómetros antes de llegar. ¡Qué ruta tan bonita y fotogénica! Eso sí, la carretera no es apta para cardíacos. Serpentea entre montañas y pastos de vacas y ovejas, a veces dejando atrás a las nubes. Si vais con vuestro coche y en temporada alta, tenéis que llegar antes de las 8.30 de la mañana a Covadonga. A esa hora la barrera de acceso a la carretera de los lagos se cierra y solo se puede subir en autobús o en taxi. Una vez arriba, se pueden hacer varias rutas de senderismo que recorren varios miradores y sobre todo los famos lagos de Enol y Ercina.
Una vez de vuelta en Covadonga, visitamos la Cueva de la Santina y la imponente Basílica. ¡Qué suerte tienen los asturianos de que la Vírgen se apareciera en un rincón tan impresionante!
A pocos kilómetros de Covadonga está el pueblo de Cangás de Onís, perfecto para hacer base y recorrer los alrededores. Su famoso Puente Romano (que por lo visto de romano solo tiene el nombre), hará las delicias de vuestras fotografías. Podéis bajar las escaleras hasta la orilla del río para obtener una perspectiva diferente del puente.
De camino a Gijón, no podemos olvidarnos del famoso Mirador de Fitu. Enclavado entre los Picos de Europa y el Mar Cantábrico, ofrece una panorámica difícil de superar.
Despedimos el día en Gijón, paseando por su casco antiguo y su envidiado paseo marítimo. Nos acercamos hasta el puerto y hasta la escultura Elogio del Horizonte. Cuando vayáis, situaros justo debajo del gran círculo, vais a alucinar 😉
Día 5: Lagos de Saliencia y Oviedo
- Lagos de Saliencia
- Oviedo
Este día lo dedicamos a visitar unos lagos que, algunos dicen, son más bonitos que los mismísimos Lagos de Covadonga. Habrá que comprobarlo. Ponemos rumbo al interior y atravesando pequeños pueblos y complicadas carreteras de montaña llegamos hasta el Parque Natural de Somiedo, territorio fronterizo con la provincia de León. Dejamos atrás el pueblo de Saliencia y llegamos al parking de los lagos. Una ruta sencilla, de unos 6-7 km en total permite visitar los 3 lagos más famosos de la zona. Si tenéis tiempo y os véis fuertes, podéis hacer la ruta completa de 8+8km hasta el Lago del Valle.
Creo que es una de las excursiones de naturaleza más bonitas que hemos hecho nunca. El hecho de empezar temprano y con pocos visitantes, el tiempo y la bonita luz del día fue “la tormenta perfecta” para llevarnos la mejor impresión posible de este trocito de paraíso. El primer lago, el de la Cueva, tiene unos colores ocres preciosos debido a la actividad minera de la zona. El Lago Cerveriz, rodeado de imponentes picos y de simpáticas vacas es el más fotogénico. Y por último, el misterioso Lago de Calabazosa ofrece el paisaje más dramático y agreste. Lo dicho, un espectáculo para los sentidos.
Por la tarde, ya de vuelta a la civilización y con los pulmones muy limpios, damos un paseito por el centro de Oviedo. Esta cuidada y bonita capital es perfecta para recorrerla en unas horas o usarla como base para recorrer la región. No os podéis perder la estatua de Mafalda en el Campo San Francisco, la catedral y la estatua de La Regenta y sus plazas de Trascorrales, de la Constitución y del Paraguas. ¡Ah! Y si os gusta el dulce, id a la Confetería Rialto y pedid unas “Moscovitas” por nosotros, no os arrepentiréis, os lo prometo 😉
Día 6: Avilés, Lastres y Tazones
- Lastres y Mirador de San Roque
- Tazones
- Playa de Rodiles
- Avilés
Retrocedemos unos kilómetros en nuestra ruta para visitar el precioso pueblo de Lastres. Lo mejor es iniciar la visita en el Mirador de San Roque, que ofrece unas vistas inigualables de todo el casco histórico de la ciudad y del mar. Callejear por Lastres no es sencillo, las cuestas son muy traicioneras. Pero el pueblo tiene rincones encantadores.
Y de pueblo bonito en pueblo bonito, llegamos a Tazones. Una pequeña aldea de pescadores con sus casitas de colores y su muelle donde podréis comer el pescado más fresco de la zona. Pasamos la tarde en la vecina Playa de Rodiles, enorme y perfecta para relajarnos durante unas horas.
Por la tarde descubrimos Avilés, una pequeña ciudad de la que no esperábamos mucho y que nos sorprendió con creces. Siguiendo la línea de Oviedo y Gijón en cuanto a limpieza y orden, Avilés destaca por sus fachadas de colores, sus adoquines y su museo de Arte Moderno. Un lugar perfecto para acabar esta penúltima jornada de ruta por Asturias.
Día 7: Cudillero y alrededores
- Cudillero
- Cabo Vidio
- Playa del Silencio
- Ermita de la Regalina y Playa de Cadavedo
Y lo mejor para el final. Cudillero puede que sea uno de los pueblos más bonitos de España y, probablemente, del mundo entero. Y os prometo que no exagero. Seguro que si estuviera en Italia o en Francia atraería hordas de turistas extranjeros. Pero los nacionales tenemos suerte y su belleza aún es un secreto para el mundo. Enclavado en una colina y construido en vertical desde un pequeño puerto pesquero, sus fachadas de colores y sus tejados naranjas se entrelazan en armonía. Llevad la tarjeta de memoria vacía, porque volverá llena 🙂 Hay varias rutas marcadas con colores en el suelo que os llevarán a los miradores más bonitos. ¡Mi consejo es que las hagáis todas!
Cuesta dejar atrás Cudillero, pero la belleza de Cabo Vidio os quitará todas las penas. Altísimos acantilados e inaccesibles playas son el denominador común de este paraje. Hay varios senderos que recorren los precipicios y ofrecen unas vistas brutales del entorno. Ahora nos dirigimos hacia la famosa Playa del Silencio. Un estrecho sendero recorre el camino de bajada a esta playa tan espectacular, ofreciendo una preciosa perspectiva desde lo alto.
Terminamos el día y esta ruta de 7 días en Asturias en la Ermita de la Regalina, donde nos sorprende el atardecer mientras escuchamos las olas romper contra los acantilados. Un resumen perfecto para esta espectacular semana.